jueves, 24 de enero de 2019

El regreso de la Piloto

La columna de Vivir en El Poblado


Los que nos fuimos lejos terminamos por no ser de ningún lado. Hace treinta años me fui de Medellín, porque tenía la sospecha de que Cartagena sería un lugar más propicio para hacer literatura. Hace veinte años me vine al país del sueño, porque en Cartagena tenía que relegar la literatura a las horas fatigadas de la madrugada. Aquí estudié, soy profesor, y después de muchos ires y venires encontré unas condiciones  que me permiten ganarme el pan y tener tiempo para escribir sin tener que vivir de lo que escribo. 

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