Una nota de Roberto Rojas Monroy de la Agencia Efe
Gustavo Arango declara que el lado oscuro de la muerte nutre la
escritura
Se presentó
en la Feria del Libro de Bogotá para la presentación de su nueva novela.
El escritor obtuvo el Premio Internacional Bicentenario
de Novela por 'El origen del mundo'. EFE /
Bogotá, Colombia, 10/Mayo/2011
El escritor colombiano Gustavo
Arango, Premio Internacional Bicentenario de Novela por "El origen del
mundo", manifestó en una entrevista con Efe que "el lado oscuro de la
muerte también nutre" la escritura.
"Todas las experiencias
alimentan al escritor, decía (Jorge Luis) Borges, y ese lado oscuro también
nutre la manifestación escrita", precisó el autor, uno de los invitados a
la XXIV Feria Internacional de Libro de Bogotá para presentar su última novela,
laureada en noviembre pasado en México.
Al aludir a la muerte como
"recurrente" en su obra, Arango señaló que, "como todos los
colombianos, en mayor o menor grado", ha tenido "experiencia
directa" con ella.
"Mi padre fue asesinado hace 25
años. Cuando murió yo tenía 20 y fue una pérdida completa. Una pérdida del
sentido de la vida, una pérdida del rumbo, y casi me tocó reinventarme",
recordó.
Nacido en Medellín (noroeste) en
1964, padre de dos hijos y profesor de Literatura y de Lengua Española en Nueva
York, Arango se define como un "gabólogo" de tiempo completo debido a
su admiración por el Nobel Gabriel García Márquez.
Por ello, buscó recorrer los pasos
iniciales del gran literato colombiano y la suerte lo acompañó al punto de
lograr un puesto de redactor en el mismo diario donde trabajó "Gabo",
El Universal, en la caribeña Cartagena.
Y es tanta su admiración por el autor
de "Cien años de soledad" que en su etapa cartagenera, en medio de su
labor periodística, publicó "Un ramo de nomeolvides", un ensayo sobre
los dos años que vivió en esa ciudad García Márquez, de 1949 a 1951.
Arango rememoró que cuando entregó su
libro al Nobel le comentó: "espero que esté a la altura", a lo que el
genio "Gabo" respondió: "o a la bajura", al comprometerse a
leerlo con un lápiz en la mano.
Dos años después, García Marquez le
felicitó por su libro, el cual le abrió muchas puertas, ya que a partir de
aquella publicación el argentino Tomás Eloy Martínez, ya fallecido, lo apoyó
para poder estudiar un doctorado en Literatura en Estados Unidos.
Tras doce años en Nueva York ha conseguido
el reconocimiento que hoy le ha llevado a ser uno de los invitados a la Feria
del Libro de Bogotá.
Aunque reconoce que en las novelas
hay algo autobiográfico, no quiere que se le compare con Magnífico Delgado, el
profesor de escritura de "El origen del mundo", un personaje
recurrente en su obra y al que está "dispuesto a matar algún día en Sri
Lanka", según confesó.
Magnífico Delgado da clases a nueve
mujeres, una atracción que le viene desde que estudió literatura femenina en un
aula en la que era el único hombre entre una profesora y quince estudiantes.
"Fui receptor de esa
frustración, del machismo en la literatura y eso me sensibilizó mucho",
agregó, al reconocer que la escritura de mujer es "un gesto muy
erótico".
Pero la muerte es para Arango clave
en su obra, según reconoció, y por eso no lee novelas actuales. No pudo hacerlo
con "El olvido que seremos", del también colombiano Héctor Abad
Faciolince sobre la muerte de su padre.
"He estado escribiendo una
historia sobre mi padre y no pude leer la novela de Abad porque sabía que me
iba a paralizar diciendo, bueno, ya lo dijo él (...), entonces no pude pasar de
la segunda página", afirmó, al remarcar que pese a todo la muerte nutre su
oficio.
Aunque admitió la influencia de
García Márquez en sus obras, aludió a otras ascendencias literarias como el
uruguayo Juan Carlos Onetti y el argentino Julio Cortázar, pero sobre todo en
Borges, de quien manifestó: "es el maestro de todos los escritores".
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