La columna de Vivir en El Poblado
Este bebé que tengo entre los brazos, esta confiada
ternura milagrosa, esta estrella de arcilla que palpita, este vástago de
estirpes olvidadas, esta imagen de Dios color canela, este príncipe y futuro
soberano, tiene apenas unas horas de nacido y ya hay gente que le teme y que lo
odia.
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