jueves, 12 de septiembre de 2019

El aire y las almas

La columna de Vivir en El Poblado




El sur de España tiene un encanto especial. Su historia no está libre de crueldades, pero esas mezquitas convertidas en catedrales, esas ruinas romanas, esas infaltables juderías, esas plazas y calles estrechas y coloridas nos recuerdan que el hombre se hace mejor cuando las culturas aprenden unas de otras.
Por razones que parecen obvias, el turismo prefiere a Sevilla y a Granada. Pero la joya verdadera es Córdoba, ese territorio mágico a orillas de un incipiente Guadalquivir y recostado a las faldas de la Sierra Morena. En Córdoba había estado de paso y, ya que estaba en Madrid, decidí visitarla. Un bus de veinte euros y un cuarto barato en el centro me volvieron cordobés por unos días.




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