sábado, 8 de junio de 2019

Piezas de museo

La columna de Vivir en El Poblado



Nunca he vivido en la ciudad de Nueva York. Sospecho que yo mismo he saboteado las oportunidades que la vida me ha ofrecido de ser un habitante de la Gran Manzana. Temo que me abrumarían las multitudes, que sus rutinas apagarían el asombro frente a sus desproporciones y contrastes. Quizá sean las razones de la zorra con las uvas, pero me alegra haber vivido a distancias que me han permitido regresar con frecuencia, con los sentidos frescos, con algo del temblor emocionado de quienes la visitan por primera vez.
Con las tibiezas que anuncian el verano suelen venir amigos que nos sirven de excusa para revisitar lugares cuya fascinación resulta inagotable. Uno de esos lugares es el Museo Metropolitano de Arte: una cápsula del tiempo que resguarda tesoros culturales de todas partes del mundo.


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