La columna de Vivir en El Poblado
Por
supuesto que es más fácil apagar la razón y el corazón y seguir ciegamente los
rumbos que marca otra persona, permitir que manipule nuestros miedos, que
encienda nuestras pasiones, hacer eco sin pensar si hay justicia en lo que
dice.
Es
fácil tragar entero lo que dicen los medios al servicio de don Dinero, permitir
que nos adormezcan en la autocomplacencia, en la idea de que los malos son
otros. La sangre es escandalosa. Es fácil reaccionar contra el crimen violento
e inmediato, contra la actitud perturbadora de rutinas. Lo difícil es notar el
crimen a gran escala: los despojos, las muertes –por hambre, por mala atención
médica– que producen los que se roban lo que es de todos. Lo difícil es notar
lo rentable que resulta para ellos la ignorancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario