viernes, 12 de julio de 2019

Cataratas


La columna de Vivir en El Poblado





Las cataratas del Niágara son una cosa extraordinaria. Perdonen que use un adjetivo tan ordinario, pero son de lo poco que aún consigue que quede boquiabierto. No son las más grandes del mundo, pero son monumentales, y por siglos mantuvieron estatura de leyenda. Visitarlas era un hecho que podía dividir la vida entera en un antes y un después.

“Las sombras de las nubes, el receptáculo del cauce, los juegos de la luz y de la sombra combinados, y la reverberación vegetal, dan a las espumas del monstruo, según del lado que se las mire, un tinte de esmeralda muy bello, que hace un juego hermoso con los albos copos de la onda despedazada y de la bruma”.








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