jueves, 7 de noviembre de 2019

Tiempo de borrar

La columna de Vivir en El Poblado

@New Statesman


Un par de hechos violentos –que ya he referido–, la muerte de algunos conocidos y la lectura de las cartas de Séneca lograron despertar una curiosa claridad que encontré y que perdí hace más de media vida. Es posible pasar vidas enteras tratando de olvidar verdades intolerables. Es posible distraerse con tareas, aumentarles la estatura, u ocuparse en distracciones, con tal de no aceptar lo que supimos al principio: las cifras del destino, nuestro nombre más secreto y verdadero.









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