Las lunas y los cielos,
la claridad y el viento,
encuentran sus caminos y se
marchan
Versión de un texto maya.
1
Los pies
desnudos
en
el mar y la tierra.
La
casi luna llena.
Las
manos en la arena
tejen
una promesa.
2
Volando
en el agua
contigo
en el alma
me
fue concedida
la
llave del mar.
3
La
clara luna llena,
el
aire transparente,
el
lento estigma negro
en
el lienzo del mar.
4
En
la profunda
sombra
del zapato
el
escorpión
espera
al caminante.
5
Fruta tropical
Obsedido
y ausente
muerdo
la
carne dulce del tiempo.
6
Iguana
Cuando
las piedras
tienen
hambre
salen
a caminar.
7
Soy
un coro incansable,
un
furor soterrado,
una
voracidad
que
se devora,
que
estalla en colores
un
trasegar constante
entre
nunca y ahora.
Soy
la selva que mira
su
rostro inconcebible
y
luego se abandona.
8
Rumor de batalla
Dieciséis
silenciosos
soldados
viajan
la pirámide.
Llevan
cascos rojos,
sus
patas son largas,
cuando
uno se mueve
se
mueven los otros.
A
veces olvidan
si
huyen de la muerte
o
van a buscarla.
9
A
las seis de la tarde,
la
hora en que los mapaches
ávidos
y puntuales
atienden
el llamado
del
manjar de los dioses
y
el cazador despierta
su
avidez y sus armas
supe
que procurarte
también
era una forma
de marcharme.
Del libro inédito, Penínsulas extrañas.
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