- Un fragmento de 'Santa María del Diablo'-
Estos indios de
Cueva son algo mayores que los de las islas, y de la misma color. Suelen andar
desnudos. Los varones llevan su miembro viril en un caracol o en un canuto de
madera, ceñido con un hilo, y los testigos llevan por fuera. Las mujeres traen
naguas, que son mantas pequeñas de algodón, desde la cintura a las rodillas o
más alto, rodeadas al cuerpo. Las señoras y mujeres principales, a las que
llaman espaves, traen estas naguas hasta los tobillos. Hombres y mujeres por
igual usan adornos de oro y hermosos penachos. Los señores principales, en
lugar del caracol, llevan un canuto de oro, torcido o liso. Las espaves, por su
parte, se preciaban mucho de sus tetas y, para que no se les cayeran y
estuvieran más altas y más tiesas, ponían por debajo una barra de oro muy fino,
con figuras de pájaros en relieve. Estas mujeres del golfo acuden a las batallas
con sus maridos, y a veces son señoras de la tierra y mandan y capitanean a su
gente. Suelen hacerse collares y brazaletes de caracoles grandes y de conchas y
otros objetos pequeños y de colores, y se los ponen en las muñecas y los
tobillos y debajo de las rodillas, en especial las mujeres que son principales,
que traen estas cosas en las partes que he dicho, y en las gargantas, y llaman
cachiras a estos sartales y a las cosas hechas desta manera. Traen asimesmo
zarcillos de oro en las orejas, y en las narices hacen un agujero entre las
ventanas, y se cuelgan de allí sobre el labio alto otro zarcillo o se ponen
allí un palillo tan grueso como una péñola de escribir.
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