La columna de Vivir en El Poblado
Cleveland Public Library
La venta de antigüedades estaba en un galpón, detrás de
una casa centenaria. El negocio funcionaba como una cooperativa. El interior
tenía calles y avenidas que recorrían los espacios asignados a cada socio. Solo
abrían los fines de semana, y los socios se turnaban a lo largo del año para atender
a los clientes.
Aquel día de noviembre las luces estaban apagadas y en la
fachada había un cartel que ofrecía el espacio en alquiler. En la puerta había un anciano de hermosos
ojos azules que hablaba con un grupo de clientes indecisos. Cuando me vio
llegar, sus ojos se iluminaron. Me invitó a entrar y prometió que me daría muy
buenos precios.
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