Cayó sobre la
silla completamente exhausto. Sintió que seguía cayendo a pesar de estar
sentado. Sus brazos colgaban a los lados, las manos muy cerca del piso. Sus
ojos abiertos no miraban.
Trató de pensar
pero sólo hubo sobresaltos de pólvora mojada, trazos fugaces de colores sobre
un telón oscuro, ruidos desarticulados, prácticamente nada.
Supo, sin
palabras, que desde el fondo de esa caída que seguía en la quietud sería
difícil recordar, recobrar, reunir los nombres y experiencias que formaban un
ser ya inexistente.
Sólo era algo
callado y majestuoso que caía y se marchaba.
De 'Historias del sexto sentido', colección de cuentos breves incluida en el libro La brújula del deseo (cuentos 1986-2014), que será presentado en Medellín, el 31 de marzo.
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