Una nota sobre el origen de la palabra Macondo
en la edición conmemorativa de El Colombiano.
Abril 17 de 2015.
Macondo está en
boca de todos. El aniversario de la muerte de García Márquez hace que resuene
por todos lados el nombre de ese pueblo mítico, heredero de otros pueblos
literarios –como el Yoknapatawpha, de Faulkner– pero también de la ardiente y
desaforada realidad del Caribe colombiano. Como si fuera poco, la Feria del
Libro de Bogotá tendrá a Macondo como “país invitado”.
Poco importa que
aquel pueblo de espejos haya desaparecido a mitad de la carrera literaria de
Gabo, para dar paso a la innombrada “Ciudad de los Virreyes” y a otros lugares
reales como Medellín, Barranquilla, Santa Marta o Bogotá. Con el tiempo, Macondo se ha vuelto y será el
espacio representativo de la vida y la obra de nuestro nobel, así como su
símbolo serán las mariposas amarillas que, dicho sea de paso, no son un
elemento sustancial de su legado.
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