domingo, 17 de noviembre de 2013

Las dos irlandesas

El poema favorito de Óscar de la Espriella.



Por Héctor Pedro Blomberg


Aquí estoy con los chinos y las dos irlandesas

que llegaron a bordo del "Jamaica Marú";
Maggie, la mayor, tiene ojos como turquesas
y bebe gin en este viejo bar del Dock Sur.

Nancy, la menor de ellas, parece una gitana,
pero nació en el barrio más pobre de Dublin;
arde en sus ojos negros una pasión lejana
y en su pálida frente hay una cicatriz.

¿De dónde las trajeron los chinos taciturnos?
Maggie me habló al oído: los conocí en Shanghai
(En el bar se movían los murmullos nocturnos
y en los labios de Nancy se apagaba un cantar)...

El "Marú" había partido con rumbo a Yokohama
Maggie me amó en las noches siniestras de Dock Sur;
me hablaba de su vida errante y una llama
de pasión palpitaba en su mirada azul.

Nancy junto a nosotros cantaba dulcemente,
canciones misteriosas de la china y del mar
¿quién las llevó de Irlanda al infierno de Ordiente,
y por qué las trajeron los chinos de Shanghai?

Pero yo amaba a Nancy, la irlandesa morena;
los chinos silenciosos, miraban a las dos;
las casuchas dormían bajo la luna llena
en los negros navíos temblaba un resplandor.

¡Nancy! ¡Nancy! Una noche su canción quedó trunca
los chinos dormitaban borrachos de chandú...
¡Pobre Maggie! esa noche bebió más gin que nunca,
y se lanzó a las aguas oscuras del Dock Sur.






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