Una de las últimas entrevistas a Adolfo Bioy Casares, en la revista Avispero, de México.
Adolfo Bioy Casares Foto por Gustavo Arango
Cuando se llega a su cuarto es difícil encontrarlo. Primero está la cama, alta
y antigua, como una isla a la deriva en un mar de libros. Luego se consigue
distinguirlo al pie de la ventana, en un sillón bajo, con las piernas
extendidas y esperando, con sus ojos azules, sólo un poco curiosos, y un aire
condescendiente y esforzado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario