"Se movieron en silencio, bajo cielos de hojas, en una penumbra verde y susurrante de paraje encantado. Cristóbal de León, platero y botánico, descubrió entre los pliegues de las montañas una orquídea de blancura aterciopelada con visos luminosos, cuyo estuche formaba una pequeña y finísima paloma. La llamó la orquídea del Espíritu Santo" . 
De Santa María del Diablo.

 
 
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