martes, 12 de noviembre de 2013

Uribe, Uribe, Uribe.. Una vieja columna de Centrópolis




Ya me tienen de Uribe hasta la coronilla, hasta el cogote, hasta donde se encuentre el límite de la paciencia humana. Todo es Uribe. Uribe Uribe Uribe. Por dónde uno se vuelve a mirar se habla de Uribe; que Uribe esto, que Uribe aquello, que Uribe lo de aquí, lo de allá, lo de más allá. Uribe Uribe Uribe Uribe Uribe.  Lo único que ocurre en el país de los colombios es Uribe. El tiempo se detuvo entre la U y la E y nos hemos quedado como Aquiles tras la tortuga. Que Uribe dijo, que Uribe no dijo, que Uribe quiso decir pero no dijo, que Uribe no quiso decir pero dijo, que Uribe dio la orden, que no la dio, pero sus hombres son capaces de leer sus pensamientos, que Uribe Uribe Uribe Uribe Uribe.
La cosa me recuerda los mil jesuses; esa extraña ceremonia con crucifijo y velas, granos de no me acuerdo qué, notitas en papeles que luego quemábamos con aire de pitonisos: “Yo renuncio a hacer la paz, conmigo no contarás, porque el día de las elecciones dije mil veces Uribe… Uribe Uribe Uribe Uribe Uribe Uribe Uribe… Uribe mío. Misericordia.”
A Uribe me lo encuentro hasta en la sopa. ¿Han notado que las sopas de letras ya no traen todo el alfabeto? Uribe regañando a todo el que hace algo mal, porque él todo lo hace bien. Uribe ayudando a las víctimas de Haití, que son más gente que las del terremoto social que sacude a su país. Uribe dándoles pan a los que tienen dientes. Uribe estigmatizando al que lo critica. Uribe invirtiendo descomunales recursos para quedarse donde está. Uribe convenciendo a Vicente para que vaya para donde va la gente. Uribe diciendo a través de sus medios para dónde va la gente. Uribe Uribe Uribe Uribe Uribe Uribe. Uribe a, ante, bajo, con, contra, de, desde, hasta, hacia….Uribe para, por, según, sin,  sobre, tras. Uribe clonándose en descendientes y en Uribitos, asegurándose de que el tiempo de la eternidad sea para siempre. Uribe Uribe Uribe Uribe Uribe Uribe.
Por supuesto que no quiero que me tomen por antiuribista, no faltaba más. No soy uno de esos pesimistas que sólo ven el vaso vacío. Me parece, por ejemplo, exagerado el escándalo de los opositores a la propuesta de que los estudiantes se vuelvan “espías”. Reaccionar así es como si un equipo de fútbol, que va perdiendo quince a cero, se enojara porque le metieron un gol más. Uno de las primeras cosas que hizo Uribe, por allá lejos, hace siglos, cuando no sabíamos en lo que nos metíamos, fue institucionalizar la sapería. ¿De dónde creen que vienen los falsos positivos? De facilitar la manera como las personas se deshacen de quienes les estorban. Por eso rechazo las críticas que le hacen. Él sólo está refinando el “sálvese quien pueda” en que hemos vivido.
Pienso que yo mismo exagero cuando digo que estoy cansado de que se hable de Uribe por todos lados. Las cosas pudieron ser peores. Imagínense si nuestro presidente vitalicio tuviera un apellido más difícil de pronunciar. ¿Cómo sería la vida si en lugar de llamarse Uribe se llamara Arteaga, Echeverría, Vengoechea? Vengoechea Vengoechea Vengoechea. Tenemos que darnos por bien servidos. Además pienso que el problema no es Uribe, sino todos los que se empeñan en repetir su nombre. Yo estaría a punto de enloquecerme si la gente repitiera mi nombre a toda hora, para toda clase de mentiras: elogios injustificados, imputaciones falsamente positivas. Arango Arango Arango Arango… Después de tres semanas estaría a punto de lanzarme; no para presidente, sino desde una azotea.


Nueva York, Febrero de 2010.






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